Coso 129: Código QR

Con lágrimas inexpresivas y virtuales en ojos de silicona, esta Enciclopedia anuncia su entrada al mundo de los “Cosos Virtuales”. En este caso, lo que parece un caprichoso conjunto de cuadraditos ordenados arbitrariamente, esconde tras de sí millones y millones de dólares de desarrollo tecnológico, y la capacidad de traducir su batiburrillo geométrico en diferentes significados comerciales o administrativos, en necesidades básicas del hombre urbano del siglo XXI como la apertura de puertas y el otorgamiento de turnos. La inclusión del código en esta enciclopedia puede parecer tan caprichosa como su aspecto: ¿Por qué no incluir entonces a su antecesor, el código de barras? Simple: Porque el código QR no se agota en su funcionalidad, y, hoy omnipresente, ha contribuido a decorar nuestra civilización occidental con un impacto artístico-visual de tintes arábigo-futuristas. Para mí ehhh, para mí.

Coso 128: Brazo Enganchador de Lapicera Fuente

Viene en toda clase de formas y modelos, desde el metálico con minúsculos ornamentos en la punta de aquella lapicera utilizada antaño como premiación colegial o empresarial, al cacho de plástico en el que culmina la tapa de la más humilde de las biromes; y su omnipresencia lo ha hecho casi invisible y despreciable. No obstante, vienen a mi memoria dos momentos de gloria cinematográfica del adminículo: Como señal de ñoñez incurable, enganchado a los bolsillos de las camisas de los protagonistas de “La Venganza de los nerds”, y más dramáticamente, en manos del siniestro Hannibal Lecter en “El Silencio de los Inocentes", que lo utilizaría (tras guardarlo en su estómago por algunos días) como herramienta de liberación para lanzarse a sus orgías de desmembramiento y canibalismo. Conque, un poco más de respetuoso temor por el Brazo.

Dato 8.320: Pão com mortadela

El equivalente brasileño del "chori" en el concepto "ir por el chori", utilizado para denigrar a quienes asisten a manifestaciones populares en Argentina, es el "Pão com mortadela". ¡Mirá vos! (Fuente: Facebook, que ahora está permitido porque Facebook no es Internet, es otra cosa distinta. Probabilidades de exactitud: 200 %%, porque vi "hashtags" y "memes" con la misma connotación que la utilizada enArgentina con la palabra "chori" y no, "hashtag" y "meme" tampoco es Internet, Internet es lo que había antes. También quería felicitar al pueblo brasileño por su proverbial alegría a pesar de esta desgracia -y no me refiero al golpe de Estado, sino al Pão com mortadela)

Coso 127: El “Horror Vacui”

Tengo en mi poder, en este exacto momento, un alarmante objeto que no sé si prosperará a través de los Eones. Un fabricante de papel higiénico, movido por generosidad extrema o un psicopatológico Horror al Vacío, ha decidido regalarle a sus compradores, a modo de “extra bonus”, algunos metros de papel más. Pero en lugar de agregarlo en la parte exterior, lo que engrosaría el rollo e impediría colocarlo en su receptáculo, decidió aprovechar el hueco interior en donde se inserta el “eje” que habitualmente sostiene el material. Por supuesto, para colocarlo allí hay que quitar este “exceso”, que termina apoyado en el lavatorio o donde más guste el usuario. Creemos que el mismo fabricante hubiera privado de su utilidad a mostacholes, ruleros y caños de PVC de haber visitado estos rubros, y rellenaría de ladrillos la totalidad del espacio de las habitaciones (por no mencionar ventanas y puertas) de haberse dedicado a la arquitectura. No es imposible imaginar al personaje como una víctima del Síndrome de Diógenes, o esclavo de secretas y prohibidas compulsiones sexuales.

Coso 126: Tirita Flotante de Ventilador

Sería temerario, inútil y hasta físicamente peligroso teorizar acerca de maldita mil veces sea la necesidad de que antaño fuera acostumbrado que los ventiladores caseros estuvieran complementados por una o más “tiritas” de papel crepe o crèpe o crêpe o similar, que bailoteaban por industria del aire arrojado por el artefacto. Por tanto, eso es exactamente lo que haremos a continuación (el lema de esta Enciclopedia es "siempre al Límite, siempre al Límite"). La Teoría 1 podría rezar que estas tiritas obraban de “refuerzo psicológico” del propósito del ventilador: Al hacer más visible la presencia del viento, el sujeto beneficiado se sentía más refrescado de lo real (algo necesario en tiempos veraniegos donde un ventilador no es más que un recirculador de aire caliente y pastoso). Algo así ocurría en una historieta de La Pequeña Lulú, donde los integrantes del Club de Tobi se refrescaban, en plena canícula, admirando un árbol de Navidad (algo que provocaría ele fecto contrario en nuestro hemisferio, claro). La Teoría 2, menos rica pero más desconcertante por lo fútil, podría consistir en la necesidad de mostrarle al usuario en qué dirección sopla el viento arrojado por el ventilador.