EL DENOSTADO YOUTUBER, EL VILIPENDIADO YOUTUBER, EL ODIADO, DENIGRADO Y ECHADO A PATADAS DE NUESTRA CASA YOUTUBER YOUTUBER YOUTUBER YOUTUBER es en realidad la evolución lógica y audiovisual del “bloguero” que azotó nuestras vidas en la primera década del siglo XXI. ¿Acaso no era esta miríada de autoproclamados “escritores” otra cosa que un accidente colateral de la creación de una nueva y moderna maquinola de auto-publicación antes que la consecuencia de lo que en otros períodos históricos se conocía como un “movimiento literario”? ¿Acaso la frase “cualquier pelotudo tiene un blog” (una verdad imposible de refutar, por muy hetero-normativamente risible que nos pareciera el aspecto de su autor) no describía exactamente este estado de llamémosle democratización literaria, que ahora sencillamente se traslada a la tecnologia audiovisual que nos ha dado obras maestras como “Andrej Rublev” y “El Sacrificio” (que mayormente no he visto pero tengo testimonios acerca de su calidad de gente de mi más alta confianza)?
¿Entonces por qué, padre de criaturas preadolescentes, te sientes autorizado a fastidiar a tus hijos acerca de las precariedades y bajos valores de producción propios de los shunormales y degenerados que acostumbran mirar en sus videopantallas, mientras exhalan sonidos beavisybuttheadianos? ¿No te hemos visto replicar hasta el hartazgo el meme del perro?
La respuesta, la triste, amarga y esclarecedora respuesta están ni más ni menos, en el valor casi mágico-religioso que le damos a la palabra escrita: Si subhumanos como Hola, soy Germán o Filthy Frank se dedicaran a transcribir sus borborigmos en lugar de lanzarlos directamente a la pantalla, tal vez –y sólo tal vez- nos resultarían más soportables, interesantes piezas literarias, incluso textos provocativos y enriquecedores, casi experimentales, y les abriríamos las puertas al mundo de la Alta Cultura.
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