viernes, 28 de febrero de 2014

¡INVENTAN GÉNERO HUMORÍSTICO!

Ayer escuché una convrsación entre Kevin Johansen y Sebastián Wainraich. No puedo imaginar algo con menos densidad humana que eso. No te digo que todo el mundo tenga que vivir al borde del paroxismo emocional, no es que tenés que ser el estudiante Raskolnikoff, pero no sé, un mínimo de cansancio, de aspereza, de hospital, de haber sido rozado por alguna tragedia. La vida no es un barcito en Cabo Polonio.

Imagino que Kevin Johansen debe ir mucho a Nueva York o a Uruguay, que sale mucho a comer con amigos, que va al teatro, que va por la vida con una mirada perdida y un morral semivacío, con la dieta justa y el I-pod actualizado. Kevin Johansen no tiene mayores problemas, no se enoja, no le duele la cabeza. Nadie ha humillado a Kevin Johansen, nadie le ha arrancado un pedazo de nada a Kevin Johansen, nunca se ha encontrado no digo solo y hambriento, seguramente sí, por qué no, pero seguramente nunca se ha encontrado solo y hambriento y con el agregado de la vergüenza y la culpa y deseos de revancha contra toda la humanidad: ¡Kevin Johansen es un ser abominable!

En fin, todo muy triste y desalentador, pero lo positivo es que inventé un género humorístico: ¡Los chistes de Kevin Johansen!

-Kevin Johansen es tan tan tan liviano que vio una película de Meg Ryan y se quedó re angustiado.
-Kevin Johansen es tan liviano que va al Starbucks y el ambiente lo inspira para escribir un tango.
-Kevin Johansen es tan tan tan liviano que vio un espectáculo de “stand up” en el paseo la Plaza y lo dejó pensando.
-Kevin Johansen es tan liviano que le ponés helio y se hunde.
-Kevin Johansen es tan tan tan tan liviano que vio un afiche del PRO y lo concientizó políticamente.
-Kevin Johansen es tan liviano que va a comer a Palermo Hollywood y se queda pipón, pipón.
-Kevin Johansen es tan tan tan liviano que fue a una exposición de Milo Lockett, salió escandalizado, volvió con un grupo de católicos de derecha y les hizo un quilombo bárbaro.
-Kevin Johansen es tan tan tan tan liviano que tuvo un romanece tórrido y lleno de pasiones volcánicas e incontrolables con Malena Pichot.
-Kevin Johansenes tan liviano que escuchó “Perros de la calle” y dejó un mensaje indignado en la radio.
-Kevin Johansen es tan tan tan liviano que fue a una degustación de vinos y se agarró una terrible tranca, hizo bardo, lo tuvieron que echar entre cuatro.
-Un día Kevin Johansen entra en la fiambrería boutique y dice “¿Me da cincuenta pesos de bocconcinos?”. El fiambrero boutique le da. “¿Cuánto es?” El fiambrero, algo sorprendido, dice “cincuenta pesos”. Al otro día vuelve Kevin Johansen a la fiambrería boutique y dice “¿Me da cincuenta pesos de bocconcinos?”. Le da. “¿Cuánto es?” El fiambrero boutique, nervioso, le dice “Cincuenta pesos”. Al tercer día viene Kevin Johansen a la fiambrería boutique y dice “¿Me da cincuenta pesos de bocconcinos?” El fiambrero, ya medio caliente le entrega los bocconcinos. “¿Cuánto es?” El fiambrero boutique le dice “Escuchame, pedazo de boludo, ¿sos pelotudo o te hacés?” Y al escuchar estas palabras tan feas Kevin Johansen estalla en pedazos.

Y así.