domingo, 28 de diciembre de 2014

Coso 103: Bolita de Moco Sintética



El pico de los recipientes de plasticola suele acumular en su punta (o en toda su superficie, luego de una aplicación demasiado vehemente) algunos restos o “lechazos” del adherente material, secos y plastificados al contacto con el oxígeno. Resulta en un placer muy primitivo (y algo obsceno) el arrancado a hachazos de uña de estos restos, y su posterior conversión en bolitas rugosas, pegajosas e irregulares. Para los aficionados al amasamiento de bolitas de moco, este procedimiento sirve de sublimación un poco más profiláctica de su repulsivo vicio, algo así como el la cerveza sin alcohol de los amasadores, o la cocaína de lecitina de soja de los esnifadores; que no sabemos si existe pero seguramente sería muy saludable.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Coso 102: Lámpara de Mesa de Luz hecha con un Cacho de Cuarzo



Entre las muchas señales de involución de nuestra sociedad no es menor la existencia de este extraño objeto (hallado en casas de decoración de tendencia New Age), consistente en una base que mediante algún ingenioso procedimiento (por ejemplo, electricidad) emite un haz de luz blanca, sobre el cual va colocada, no una pantalla hecha de cuero curtido, o tela o acrílico o la miríada de materiales que nos oferta el rubro de la iluminación y el lamparismo, sino lisa y llanamente un cacho de piedra. Que esta sea –elección hecha a base de un mínimo, y cuando decimos mínimo queremos decir exactamente eso, un mínimo sentido común- un pedazo de cuarzo traslúcido, lo cual permite que la luz obtenga un paso rústico y a los trompicones, no hace menos grave este símbolo: En la era del LED y los rayos láser, del líquido fluorescente para buzos, la holografía, las esculturas lumínicas y los experimentos con trajes de invisibilidad, el artilugio que elegimos para echar luz sobre nuestros momentos de reflexión o lectura es algo emparentado con un adoquín.