martes, 12 de abril de 2016

Coso 125: Bodoque de Hierro para Sostener Diarios



Las generaciones –en camino de desaparecer- que han tenido a lo largo del siglo XX al kiosco de diarios como un importante enclave social-informativo conocen muy bien este objeto: una pieza pesada de hierro, en forma de disco o de rectángulo, que se coloca sobre la pila de diarios recién salidos del horno para evitar que el viento se lo lleve (e incluso dificultar su robo). Pertenece a una reconfortante era física, pre-digital, sensorial, donde el peso y la liviandad de los objetos y las inclemencias del clima eran elementos importantes en el flujo de la información. Internet está convirtiendo esta lógica en un asunto que en el futuro veremos como algo propio de la Edad de Piedra. O no tan en el futuro: Los diarieros más gronchos suelen reemplazar el “bodoque” por un cascote o piedra.

Coso 124: Botella de Vino Aplastada sin un Propósito Aparente



¿Quién no disfrutó alguna vez del lúbrico placer de aplastar de un pisotón un envase de cartón, una lata de aluminio o una botella de plástico, invadiéndose de la embriagadora sensación del Poder del Hombre contra los Objetos Inanimados? Esta actividad, realizada por lo general bajo los efectos del alcohol en algún callejón sucio a las cinco de la madrugada ha inspirado este curioso objeto, que une la ciencia de la Artesanía a la gamberrada, transformando -mediante una técnica milenaria- el orgulloso recipiente del néctar más exquisito en la víctima de un borracho de poca categoría. Su utilidad es desconocida (quienes venden este objeto argumentan que sirve como bandejita para picadas, pero a nadie en su sano juicio se le ocurriría servir comida sobre una botella vieja recolectada de quién sabe qué basurero).