viernes, 28 de noviembre de 2014

Coso 100: Cinta Scotch en Estado Salvaje



Todos estamos familiarizados con el carácter indómito de la cinta Scotch. A pesar de los esfuerzos de los valientes cazadores que van a la Tierra de la cinta Scotch a atraparla, doblegarla, alisarla y enrollarla sobre sí misma, estado en el que se nos expende en papelerías y oficinas, sabemos que esta caprichosa criatura intenta volver a su forma original ante nuestro más mísero descuido. Si no la mantenemos severamente a raya cuando debemos soltarle ligeramente las riendas para embalar nuestros regalos de navidad, la cinta se resiste, se empaca, intenta autoahorcarse o aprisionar nuestro dedo índice entre sus fauces hechas de pegoteo.

A pesar de ello, hay un momento donde estos bollos translúcidos en los que pugna en convertirse son el símbolo de la felicidad: cuando desembalamos las cajas de cartón donde hemos acomodado nuestros objetos personales al final de una mudanza. Como ya han cumplido con su misión, permitimos que la cinta Scotch vuelva a éste, su estado original y silvestre, y la dejamos por un rato pacer en el piso, en las mesas, a los costados de las cajas aún no desarmadas; no es hasta que las recogemos para tirarlas a la basura que estos invertebrados intentan un último pegoteo contra nuestras extremidades,pero es tarde: su mismo estado de "bollo" nos permite darles fin confortablemente, a diferencia de su compañero de ramo, el Copo de Telgopor de Embalaje, capaz de permanecer y permanecer en el ambiente durante meses, etéreo y escurridizo, sin que logremos atraparlo. ¡Pero esa, amigos, es otra historia!

1 comentario:

  1. Sublime.
    Me estoy dando una panzada de posts viejos, por mi desinformación sobre la existencia de este oasis.

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