lunes, 29 de febrero de 2016

¡Crónicas de "T": El A.M.A.!

Desperfecto n° 152:

Hasta el sábado pasado, lo más parecido a un asalto a mano armada que hube experimentado había sido un incidente ocurrido en el 2000: Entrando a mi auto en uno de esos lóbregos estacionamientos que abundan en la ciudad, siento una presencia humana a mis espaldas que me susurra con voz torva “quedate piola flaco y dame toda la guita”. El sudor frío, los micropelitos erizados agujándome la piel, la boca seca en un segundo, para darme vuelta y contemplar la aún más torva imagen del mundialmente reconocido dibujante, humorista y amigo Sergio Langer en una muestra del dudoso humor del que es capaz en su vida cotidiana. Tal vez por eso es que flush flush efecto digital de flashback para adelante, que cuando nos encontramos con un Podeti más viejo y ojeroso, en esta ocasión sacando al niño del auto y sintiendo, otra vez, una “presencia” a mis espaldas y susurrando similares palabras amenazadoras, fue que la primera cosa que me vino a la mente fue algo así como “¡Langer, es Sergio Langer!”

Decepción: No era mi respetado amigo y colega, sino un trío de masculinos en forma de gorripibes teletransportados mágicamente de la nada, uno de ellos portando un arma enorme y poderosa, que me requisaron el coche primero y dinero efectivo (recién salido del cajero) después. El trámite fue incruento y expeditivo, lubricado con algunas técnicas psicológicas muy efectivas como instruirse entre sí “sacale el bebé, sacale el bebé”, por lo cual el botín ya estaba en manos de los señores malos antes de que mi cerebro amagara con cualquier tipo de negociación; 30 segundos más tarde ya estabábamos puertas adentro sanos y salvos (aunque un tacho de basura de acero inoxidable fue herido de gravedad a las patadas durante un berrinche posterior).

Las maldiciones que sigue enviándome desde la tumba “T”, mi ex automóvil, para producir daños en mis subsiguientes vehículos empieza a ponerse macabra. La víctima del caso, “S” (un lindo vehículo familiar, buen estado, 90000 km., baúl apto para balurdos importantes) no pasó 2 meses conmigo que no agarra y sufre no un pinche de neumático, no una pérdida de agua, no un temita con el burro de arranque sino un hecho delictivo. El sistema de rastreo satelital encajetado a la fuerza por la compañía de seguros, si bien lo localizó horas más tarde en la pujante localidad de Lanús Oeste, no sirvió para evitarle el mal momento, tornando a casa violado y abandonado, luneta y batería destruidas a puros golpes de maldad, rueda de auxilio y sillita de bebé faltantes, etc. Su cara de dignidad ofendida (“¡mi dueño anterior jamás me hizo pasar por esto!”) empieza con los días a tornar en resignación y humildad.

Agradecimientos: Los aguerridos cazarrecompensas del rastreo satelital, mi mujer Lucía por soportar mi ataque de stress postraumático, mi hermano Ramiro por sus sabios consejos, mi invaluable amigo Fabio Zurita que me acercó a reconocer el cadáver a medianoche y también, por qué no, al Sr. Sergio Langer, por desdramatizar un 8 % el Momento de la Verdad con el recuerdo automático de su broma de baja estofa.

3 comentarios:

  1. Bueno, un episodio que en el contexto de lo posible de ocurrir, se podría calificar como menor; sin embargo, está cargado con la metafórica significación de la precariedad social y la trágica sensación de vivir en un gueto. Lo siento.

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  2. ¿Y qué katzo significa "A.M.A"? ¿Eeéeeeehhh?

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  3. ¡Ah, no, pará! Me pasé de choto. Significa "Asalto a Mano Armada" como lo siglan sus indican... Perdón. Además, commetarié con mi nombre verdadero de DNI, en vez de mi homómino, chotansio total. Perdone Don Pode, es la fata de práctica. No es por justificarme, pero no commenteo desde que dejó las filas del Tío Juan Carlos. En realidad, ahora que lo pienso no estuve tan mal, es más....

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