miércoles, 4 de mayo de 2016

Coso 127: El “Horror Vacui”



Tengo en mi poder, en este exacto momento, un alarmante objeto que no sé si prosperará a través de los Eones. Un fabricante de papel higiénico, movido por generosidad extrema o un psicopatológico Horror al Vacío, ha decidido regalarle a sus compradores, a modo de “extra bonus”, algunos metros de papel más. Pero en lugar de agregarlo en la parte exterior, lo que engrosaría el rollo e impediría colocarlo en su receptáculo, decidió aprovechar el hueco interior en donde se inserta el “eje” que habitualmente sostiene el material. Por supuesto, para colocarlo allí hay que quitar este “exceso”, que termina apoyado en el lavatorio o donde más guste el usuario. Creemos que el mismo fabricante hubiera privado de su utilidad a mostacholes, ruleros y caños de PVC de haber visitado estos rubros, y rellenaría de ladrillos la totalidad del espacio de las habitaciones (por no mencionar ventanas y puertas) de haberse dedicado a la arquitectura. No es imposible imaginar al personaje como una víctima del Síndrome de Diógenes, o esclavo de secretas y prohibidas compulsiones sexuales.

4 comentarios:

  1. Me siento una tarada de proporciones épicas porque he sabido ser no diría su más ferviente fan porque fans los hubo muchos y muy fervientes, pero si una seguidora de la primera hora del YCEM versión Clarín y recién el día de hoy me vengo a enterar (a pesar de seguirlo en fb donde soy una fan con grado de fervor fluctuante según el día) que se había relocalizado en formato blogspot. Enhorabuena!
    Con respecto al coso que nos ocupa he descubierto que a las abuelas (o por lo menos a la mía) este relleno extra de papel les sirve para tener en la cartera siempre que no haya papel en los baños públicos.

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    1. En relación a la función del rollito en cuestión, mi novio lo lleva en su campera o morral junto a la billetera y cuida de ambos con la misma obsesión que yo al verificar si están mis puchos y el máldito encendedor.

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  2. Sí, Podeti, la finalidad es esa. Para carteras de viejas. Con esa excusa, te faja $70 el paquete de ¡papel higiénico! ¡pa-pel-hi-gié-ni-co!

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  3. Vea Usted, contra el mundo…desde hace dos días le doy vueltas a este ensayo suyo y aunque desearía evitarlo, no consigo quitarme la percepción de una incierta, inasible perversidad subyacente y mal habida que como un tufillo rancio, se eleva de los vapores del texto.
    Primero, está la contradicción en la pretendida alatinada pulcritud del título, cuando más bien hoy el latín en su desnuda y rústica llaneza, resulta pornográfico.
    Luego, no logro saltar en la primera línea la frase “en este exacto momento” que irremediablemente resuena como el primer verso de la conocida estrofa “en este lugar sagrado”… porque me pregunto: qué importancia puede tener la exactitud del momento en que se le ha ocurrido su reflexión. Si fuese el tema algún efecto físico o químico, por decir, que requiriese exactitud en la observación… pero, sostener un rollo de papel higiénico en la mano… dígame, qué importancia puede tener tal momento como para anotarlo con precisión… no será que ha irrumpido, y lo digo hoy que google informa en su efeméride no sé qué cosa de Sigmund, no sería que ha irrumpido la necesidad de confesar velada aunque públicamente alguna escatología…?
    Entonces usted, contra el mundo, viene y nos muestra su gran ponencia skatologíca, verdad? Y nos dice : MIREN, MIREN LA GRAN COSA QUE ME SALIO, y además lo considera AL LÍMITE, LÍMITE… y DIGNO DE ENCICLOPEDIA. Es para tanto? me pregunto
    Además, con menos afectación, este tema ya lo ha tratado Calamaro el viejo, y le ha encontrado una explicación sencilla: ningún horror, es lo de siempre ; solo quieren, caballero Podeti… “reyenarte el agujero”

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