lunes, 21 de marzo de 2011

¡LES VOY A TIRAR TODO!

Estuve vaciando el clásico agujero debajo de una escalera donde se guardan cosas (conocido también como "turucuto"). Por supuesto, una vez más me sorprendí de la cantidad de porquerías y basura que tenía guardadas: Un viejo farol colonial, una impresora chorro de tinta inarreglable, una damajuana de boc ancha, toneladas de fotocopias de fotocopias, maderas, pedazos viejos de parquet, cuadros viejos con marcos astillados, afiches comprados en Entre Ríos sobre diferentes modelos de carruajes antiguos, hojas sueltas y arrugadas de álbumes de Boggie y Mafalda, adornos cuyo último trabajo fue adornar el fondo más oscuro de una caja enterrada en el fondo de un agujero.

Excusas para no tirar cosas: "Esto yo lo tenía guardado para algo". "Esto tiene un valor sentimental". "No, esto me puede servir para (pensar algo rápido)". "Esto puede valer guita". "Esto se lo estoy cuidando a Juan Carlos". Tiren esas razones a la basura y tiren también su basura. La basura, por definición, no sirve para nada y si Juan Carlos te lo encargó a vos, que sos un irresponsable, es porque él no se anima a tirarlo y está esperando que lo hagas por él.

Tirar basura ajena es fácil. El objeto cargado de recuerdos y valor sentimental es para nuestros amigos sólo un espantoso telefonito de cerámica para guardar chinches. Ellos no dudarían un instante en tirarlo. Ellos tienen claro que es basura, y el sentimiento es recíproco. Yo voy a las casas de mis amigos y lo único que veo sobre sus repisas y cómodas es basura, objetos inservibles, libros viejos y pasados de moda. Les tiraría todo (de hecho, cuando me dejan solo por un instante aprovecho y les tiro cosas, de onda), sin que me tiemble el pulso, sin dudar por un segundo. Yo soy así. Es una tarea que me hace sentir útil, completo, vivo. ¡Después de tirar diez o doce cosas entro en una especie de frenesí! ¡Tiro todo lo que se pone a mi alcance!

Si necesitan una mano firme y despiadada para vaciar un desván, un cuartito, un turucuto, para romper en mil pedazos ese viejo artículo sobre el pueblito de sus abuelos que encontraron una vez y que ocupa valiosísimos centímetros cuadrados de su casa, cuenten conmigo. No me conmueve ni la más histórica de las antigüedades. Les tiro todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario